¿Por qué es el VIH/SIDA un asesino sorprendente entre las personas mayores?

El Día Nacional del VIH/SIDA y el Día de la Concientización sobre el Envejecimiento caen en la misma fecha — y por una buena razón. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los diagnósticos de VIH/SIDA son sorprendentemente comunes entre las personas mayores, y los adultos mayores con la enfermedad enfrentan a una serie de desafíos especiales.

Muchos adultos mayores consideran que tienen bajo riesgo de contraer el VIH/SIDA, pero el CDC dice que 428.724 estadounidenses de 50 años o más estaban viviendo con un diagnóstico de VIH. Eso es un 45 por ciento de todos los casos en los Estados Unidos. Los factores de riesgo no disminuyen con la edad, y aunque la enfermedad se asoció durante mucho tiempo con una alta mortalidad, la población de estadounidenses que viven con VIH/SIDA está envejeciendo.

Es cierto que miles de estadounidenses mayores contraen el VIH cada año, pero el número cada vez mayor de casos de personas mayores proviene en gran medida de buenas noticias: a partir de la década de 1990, los grandes avances en el tratamiento han permitido a muchos pacientes llegar a la vejez, lo que de otro modo no habría sido posible.

El aumento de las tasas de divorcio, los cambios en las actitudes sexuales y la introducción de drogas como el Viagra han hecho que los estadounidenses mayores tengan más probabilidades de permanecer sexualmente activos durante más tiempo en comparación con generaciones anteriores. Ya que no les preocupa el riesgo de embarazo, las personas mayores también tienen menos probabilidades de usar condones, los cuales son fundamentales para prevenir la transmisión sexual de la enfermedad, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.

Muchos estadounidenses mayores padecen enfermedades que producen síntomas similares a los asociados con el VIH/SIDA. Los proveedores de atención médica tienen menos probabilidades de realizar pruebas de VIH en pacientes mayores, y los pacientes de edad avanzada y sus cuidadores suelen confundir los síntomas comunes con los dolores, la pérdida de peso y la fatiga normalmente asociados con el envejecimiento, señala Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La demencia relacionada con el SIDA se puede diagnosticar erróneamente como la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Parkinson.

Dado que el VIH/SIDA a menudo pasa desapercibido, los estadounidenses mayores son mucho más propensos que las personas jóvenes a ser diagnosticados solo cuando la enfermedad ya ha entrado en sus últimas etapas. En esos casos, los pacientes pierden tiempo crucial para el tratamiento y sufren más daño en el sistema inmunológico. El cuarenta por ciento de los estadounidenses diagnosticados a la edad de 50 años o más tienen un diagnóstico tardío.

El VIH/SIDA también hace que sea más probable que el paciente desarrolle otras enfermedades graves más adelante en la vida, de acuerdo con Aging in Stride. Tanto el virus en sí como los poderosos cócteles de los medicamentos utilizados para tratarlo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar algunos tipos de cáncer, enfermedades renales, enfermedades cardíacas o demencia. También puede empeorar las condiciones existentes, como la hipertensión, la diabetes, la osteoporosis y la artritis.

La efectividad del sistema inmunológico, que ataca el VIH/SIDA, disminuye con la edad. Por lo tanto, es posible que los tratamientos antirretrovirales no permitan que los sistemas inmunes se recuperen tan rápido o tan bien como lo hacen en pacientes más jóvenes que reciben la misma medicación, esto según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.

Es importante que las personas mayores con prescripciones para enfermedades comunes relacionadas con la edad tengan especial cuidado con el manejo de los síntomas del VIH/SIDA. Las agencias gubernamentales de salud recuerdan que los tratamientos antirretrovirales pueden desencadenar indeseadas reacciones que a veces pueden ser peligrosas con otros medicamentos.

Los estadounidenses mayores tienden a visitar a los médicos con más frecuencia, pero es menos probable que discutan sus vidas sexuales o el uso de drogas con ellos, según el CDC. Como resultado, los adultos mayores pueden estar menos informados sobre la enfermedad y sus causas y más preocupados por el estigma social que rodea a la misma, especialmente si ya se sienten solos o aislados.

El VIH/SIDA afecta de manera desproporcionada a los hombres homosexuales y bisexuales en la población de pacientes más grandes, y eso no cambia con la edad. Los diagnósticos de VIH/SIDA entre personas de 50 años o más disminuyeron en un 10 por ciento en los Estados Unidos entre 2010 y 2014. Al mismo tiempo, los diagnósticos entre hombres homosexuales y bisexuales del mismo grupo de edad aumentaron en un 18 por ciento. Para las personas mayores de 50 años, los hombres homosexuales y bisexuales representan el 49 por ciento de todos los diagnósticos nuevos.

Debido a que no sabían que estaban infectados, no tenían los medios o simplemente no esperaban vivir lo suficiente como para tener que preocuparse por eso, muchos pacientes no planearon manejar financieramente el VIH/SIDA en la jubilación después de ser diagnosticados. Pero existen reglas y beneficios especiales en los programas de Seguro Social, Medicare y Medicaid que se aplican específicamente a las personas que envejecen con VIH/SIDA.