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SUFRIMIENTO DEL ADULTO MAYOR

Como muchas personas viven vidas más largas y sanas, la comunidad médica se está dando cuenta de que la salud mental es una pieza importante del rompecabezas. Los síntomas que se presentan como consecuencias naturales de envejecer pueden ser signos de una afección que requiere tratamiento. Un informe de la Academia Nacional de Medicina indica que hasta 1 de cada 5 personas mayores tiene una condición de salud mental. Para entender mejor los desafíos que enfrentan los adultos mayores y lo que se puede hacer para reconocer y abordar esas condiciones, analizamos de cerca los problemas de salud mental más comunes entre las personas mayores.

Carol Povenmire, Ph.D., es psicóloga con licencia y práctica en Pasadena, California.

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DEPRESIÓN

Se estima que los trastornos depresivos afectan a 6.5 millones de personas de 65 años o más, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales. Si bien la tasa general de depresión es aproximadamente del 5 por ciento para todos los adultos mayores, la tasa de síntomas depresivos aumenta dramáticamente para sub-grupos particulares. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, se estima al 13,5 por ciento de los que requieren atención médica domiciliaria y entre el 18 y el 30 por ciento de los adultos mayores que viven en asilos, según la Dra. Maria DiTomasso, especializada en psiquiatría geriátrica.

Según el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento, la depresión puede manifestarse en personas mayores de maneras profundamente diferentes. En algunos casos, los síntomas depresivos incluyen despertarse muy temprano en la mañana, la incapacidad de experimentar placer o disfrute, culpa y sentimientos de inutilidad y lentitud en el pensamiento, el habla y el movimiento. En otros casos, la depresión aparece como un estado de ánimo negativo con inquietud, agitación, impulsividad, irritabilidad e incapacidad para conciliar el sueño. Otra versión podría caracterizarse como depresión enmascarada con sentimientos escasos o insensibles, comportamiento de oposición y una serie de síntomas físicos que no responden al tratamiento. Una de las consecuencias más graves de la depresión es el suicidio. Según la Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio, los adultos mayores de 75 años tienen un mayor riesgo de suicidio en comparación a casi cualquier otro grupo de edad.

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DEMENCIA

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, se estima que hay 5 millones de adultos mayores de 65 años con demencia en los Estados Unidos. Al igual que la depresión, la demencia puede causar problemas cognitivos y de memoria. Es importante reconocer que si bien estas condiciones pueden ocurrir juntas, ambas requieren intervención y un tratamiento adecuado. Los signos de advertencia y los síntomas de demencia pueden variar de persona en persona, pero algunas señales comunes incluyen cambios en la función cognitiva, como confusión, pérdida de memoria, desorientación o pérdida de la función motora. Entre estas también se pueden incluir dificultades para realizar tareas comunes, como razonar, comunicar, organizar o planificar. Las intervenciones para la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia pueden incluir ejercicio regular, una dieta baja en grasas saturadas y sueño adecuado. La estimulación mental a través de la socialización, las actividades y los mensajes de memoria, como calendarios, fotografías o música, también son factores importantes.

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DUELO

La capacidad de sentir dolor en respuesta a la pérdida es una respuesta psicológica saludable, no un trastorno mental. Sin embargo, el dolor o tristeza y la depresión comparten síntomas como cambios en el apetito, bajos niveles de energía y culpa. Sin embargo, difieren en algunos aspectos importantes. Las personas que están de duelo ven su dolor como una respuesta a una ausencia o pérdida específica, mientras que las personas que tienen depresión a menudo pueden identificar otros momentos de sus vidas cuando experimentaron un estado de ánimo similar. El dolor puede ocurrir en respuesta a la muerte, pero también hay dolor cuando un ser querido está físicamente presente pero que actualmente está sustancialmente alterado como resultado de un derrame cerebral, demencia u otras afecciones neurológicas. El dolor puede prolongarse en personas con antecedentes de pérdida temprana, una infancia traumática o debido a otra circunstancia como la muerte. Cuando la experiencia del duelo produce síntomas de depresión mayor, puede estar indicadas la psicoterapia y la medicación.

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TRASTORNOS DEL SUEÑO

Los trastornos del sueño son comunes en los adultos mayores. Desafortunadamente, los problemas del sueño a menudo se minimizan y no son prioridad para los profesionales que los tratan. Existe la creencia errónea de que las personas mayores son menos activas, por lo que requieren menos sueño. Pero durante el sueño, el cerebro realiza funciones esenciales de mantenimiento y reparación que protegen el rendimiento cognitivo. También repara órganos y sistemas metabólicos que regulan el azúcar en la sangre, la presión arterial, el proceso digestivo y el funcionamiento cardíaco. Ahora se sabe que la falta de un sueño reparador es un factor causante de muchas afecciones físicas (hipertensión, diabetes), trastornos cognitivos (demencia, enfermedad de Alzheimer) y afecciones psicológicas (depresión, ansiedad).

El tratamiento de los trastornos del sueño a menudo implica consultar con especialistas en trastornos del sueño. Entre estos se incluyen un médico en medicina del sueño certificado por la junta o un psicoterapeuta específicamente entrenado en terapia cognitivo-conductual para el insomnio. No se recomienda el uso continuo de medicamentos para dormir, ya que los mismos no proporcionan los niveles de sueño más reparadores y pueden producir un "insomnio de rebote" una vez que se suspende su uso.

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TRASTORNOS DEL USO DE SUSTANCIAS

El abuso de sustancias a menudo se percibe como un problema para los adolescentes y adultos jóvenes, pero no para las personas mayores, lo cual puede hacer que se pasen por alto el abuso grave y la adicción. Un estimado de 2.5 millones de estadounidenses mayores de 65 años tienen un problema con el abuso de sustancias, según el Consejo Nacional sobre Alcoholismo y la Drogodependencia. La cantidad de adultos mayores que son admitidos en hospitales por abuso de sustancias se compara con los que son admitidos por ataques cardíacos. El abuso de sustancias en el final de la vida puede deberse a las mismas condiciones y factores de riesgo que producen la depresión en la vejez. El aislamiento social, el tratamiento del dolor crónico, el aburrimiento, la falta de propósito, los trastornos del sueño y otros factores pueden dar como resultado un mal uso o dependencia del alcohol, narcoticos o sedantes. Los riesgos del abuso de sustancias incluyen caídas y otros accidentes, interacciones entre medicamentos, aumento de la depresión y sobredosis.

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TRASTRNOS DE ANSIEDAD

Un estimado del 3.8 por ciento de los adultos mayores tiene un trastorno de ansiedad, según la Organización Mundial de la Salud. La ansiedad al igual que la depresión puede manifestarse de diferentes maneras en los adultos mayores en comparación a los grupos de edad más jóvenes. Las personas mayores pueden tener un temor específico a caerse debido a un equilibrio deficiente y movilidad reducida, o preocupaciones de seguridad más generales. Es posible que se preocupen más por temas de salud que por asuntos interpersonales o laborales. La ansiedad se asocia con condiciones médicas como enfermedades cardiovasculares, EPOC, trastornos vestibulares, diabetes y trastornos de la tiroides. También puede llevar a la depresión y aumentar el riesgo de abuso de sustancias ya que el alcohol y otros sedantes pueden usarse para calmar la ansiedad. Las formas particulares de ansiedad que tienden a aparecer por primera vez en adultos mayores son el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y varias fobias, en particular la agorafobia. Entre los posibles tratamientos se incluyen aumento de ejercicio, reducción de cafeína, psicoterapia y medicamentos.

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EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS MEDICAMENTOS

Los adultos mayores a menudo tienen múltiples recetas para múltiples condiciones médicas, y algunos tienen poderosos efectos secundarios relacionados con el estado de ánimo que pueden pasarse por alto. Los adultos mayores también suelen ver más de un proveedor médico, y el riesgo de complicaciones e interacciones imprevistas entre medicamentos aumenta con el número de recetas médicas. Adicional a esto, las recomendaciones de dosis a menudo se basan en adultos sanos, y las necesidades de los pacientes mayores con hígados y riñones más comprometidos pueden pasarse por alto.

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MITOS SOBRE LA SALUD MENTAL EN ADULTOS MAYORES

Hay diversas ideas erróneas con respecto a los problemas de salud mental de los adultos mayores. Algunas de las más frecuentes son:

- La depresión y los trastornos del sueño se perciben erróneamente como consecuencias naturales de envejecer en lugar de ser interpretados como síntomas que requieren un tratamiento.

- La demencia a menudo se considera como un problema que surge de la enfermedad de Alzheimer, pero los expertos señalan que los problemas vasculares (de circulación) pueden ser importantes factores causantes de la demencia.

- El abuso de sustancias a menudo se percibe como un problema para los adolescentes y adultos jóvenes, pero no para las personas mayores, lo cual puede hacer que se pase por alto el abuso grave y la adicción.

- Los adultos mayores a menudo no son referidos para tratamiento psicológico debido a la creencia de que es poco probable que se beneficien. En realidad, tienen la misma tasa de respuesta que cualquier otro grupo de edad.

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OBSTÁCULOS PARA OBTENER ASISTENCIA

Además de los mitos que persisten en torno a la salud mental de los adultos mayores, también pueden haber obstáculos para obtener asistencia para quienes la necesitan. Un factor considerable es que la mayoría de los cuidados para adultos mayores son provistos por médicos de atención primaria. Los médicos que tienen un tiempo limitado para abordar múltiples inquietudes de los pacientes pueden priorizar los problemas médicos en lugar de los psicológicos. Los adultos mayores también pueden describir la angustia en términos más físicos que psicológicos, como quejarse de falta de energía, pérdida de apetito, problemas para dormir, dificultad para concentrarse o dolores persistentes, en lugar de tristeza o depresión.

Los síntomas de los trastornos psicológicos y las condiciones médicas también pueden existir de manera independiente y concurrente entre sí (también conocida como comorbilidad). Por ejemplo, los efectos de la depresión pueden reducir la función del sistema inmunológico, aumentar la percepción del dolor y producir una mala recuperación de los derrames cerebrales. La enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la degeneración macular, la artritis y la diabetes son afecciones que conllevan riesgos de depresión comórbida.

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SIGNOS DE ADVERTENCIA DE SALUD MENTAL IMPORTANTES PARA ADULTOS MAYORES

Si bien el bienestar emocional y el funcionamiento cognitivo no siempre son fáciles de cuantificar, aquí hay algunas indicaciones claras de que se necesita algún tipo de apoyo o intervención.

- Cambios en el estado de ánimo: estado de ánimo depresivo durante más de dos semanas; estado de ánimo agitado o mayor impulsividad; sentimientos de inutilidad; tendencias suicidas.

- Cambios en el estado de ánimo: mala higiene o aseo; ropa sucia o inadecuada para el clima o la situación social; problemas para mantener la casa o el jardín.

- Cambios en el estado de ánimo: abstenerse de las relaciones o actividades sociales habituales; falta de interés en eventos o pasatiempos que antes eran importantes.

- Cambios en el estado de ánimo: confusión; desorientación; pérdida de memoria, especialmente pérdida de memoria a corto plazo; problemas con la toma de decisiones o la concentración; extraviar las pertenencias; preguntas repetitivas.

- Cambios en el estado de ánimo: fatiga inusual o pérdida de energía; cambios en el sueño; cambios en el apetito; pérdida o ganancia de peso; nuevos dolores o problemas estomacales sin origen claro.

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TENDENCIAS ESPERANZADORAS EN LA SALUD MENTAL DE LOS ADULTOS MAYORES

Si bien los problemas de salud mental entre los adultos mayores a menudo se pueden pasar por alto o malinterpretarse, un mayor enfoque en abordar los problemas, incluidas las nuevas investigaciones, la tecnología y la conciencia pública, es prometedor. Éstas son sólo algunas de las tendencias esperanzadoras que se tienen:

- El papel del ejercicio para mantener y mejorar la salud física y mental de los adultos mayores es claro. Los beneficios de permanecer físicamente activo incluyen reducción del dolor, aumento de la circulación sanguínea, mejora de la fuerza muscular y un mejor equilibrio y estabilidad.

- Investigaciones recientes se centran en áreas directamente relevantes para los adultos mayores. Algunas investigaciones se basan en senolíticos, las células de nuestro cuerpo que promueven el envejecimiento, y otras investigaciones están explorando los beneficios de la irisina, una sustancia que se libera durante el ejercicio.

- Los adultos mayores se están manteniendo más comprometidos. Más baby boomers están planeando trabajar más allá de los 65 años, y los empleadores aprecian cada vez más el valor de sus empleados mayores. El voluntariado es otra manera para que las personas mayores se mantengan comprometidas, tengan un sentido de propósito, aprendan nuevas habilidades e interactúen con otros.

- Las nuevas tecnologías y medios de transporte benefician a las personas mayores y mantienen su movilidad. Características de hogares inteligentes (como Siri o Alexa), la disponibilidad de servicios de atención a domicilio a pedido, el potencial de acceso remoto a médicos y especialistas para ayudar a las personas mayores en áreas rurales o con problemas de transporte, la disponibilidad actual de servicios como Lyft y Uber y la futura disponibilidad de automóviles sin conductor permitirán a las personas mayores permanecer en sus hogares, acceder a los recursos necesarios y mantenerse en contacto con actividades y comunidades importantes.