Agencias de viajes y otros 20 negocios que están desapareciendo

La tasa de desempleo de la nación estaba por debajo del 4% hasta que se produjo el coronavirus, lo que elevó el desempleo hasta el punto de que, en julio, alrededor de uno de cada cinco trabajadores estadounidenses – eso es alrededor de 30 millones de personas – estaban recibiendo beneficios de desempleo. Pero no dejes que la nostalgia previa al coronavirus sea todo lo que te quede: no es como si todos pudieran conseguir el trabajo de sus sueños. De hecho, muchas industrias que aluna vez fueron sólidas han estado volviéndose irrelevante debido a factores como la subcontratación y la automatización, incluso mientras otras industrias mostraban un crecimiento inesperadamente rápido. Estas son algunas industrias y empleos en los Estados Unidos que están desapareciendo bajo nuestras narices.

Relacionado: Negocios queridos a los que les decimos adiós esta década

Los viajes están sufriendo una fuerte golpiza de parte del COVID-19, pero la industria de las reservas ya había eliminado más de 21,000 empleos antes de que este virus apareciera, en comparación su máximo de 124,000 empleos en el año 2000, y la Oficina de Estadísticas Laborales estimó que la disminución probablemente continuará hasta 2026, a pesar de que se esperaba que los empleos en los sectores del ocio y hotelería crecieran. Es posible que la gente todavía haya estado yendo de vacaciones, pero el teletrabajo a través de Internet eliminó la necesidad de muchos viajes de negocios, y las agencias restantes se vieron obligadas a adaptarse y acomodar más reservas online que dependen de los usuarios. Ahora las aerolíneas están cerrando rutas a aeropuertos vacíos y los cruceros son vistos como trampas de virus flotantes; la gente está acampando y haciendo más viajes por carretera, y no se necesitan agencias de viaje para eso. 

Los periódicos están desapareciendo – es prácticamente un cliché decirlo, pero este cliché está respaldado por más de una década de disminución de los ingresos publicitarios, la circulación y el interés público en el periodismo impreso. Desde 2009, muchos de los principales diarios metropolitanos estadounidenses han cerrado, declarado en bancarrota, o han reducido drásticamente sus operaciones. Pew encontró una caída en el empleo en las salas de prensa de los Estados Unidos a 88,000 el año pasado, un 23% menos que en 2008 – o alrededor de 60% desde la llegada del Internet – comenta The Guardian. Algunos análisis le echaron la culpa a la falta de publicidad de las editoriales y a una mayor conciencia sobre las marcas en un mercado cada vez más concurrido. Entonces apareció el coronavirus, y por sí solo cerró más de 50 salas de prensa locales en todo Estados Unidos en unos pocos meses.

El surgimiento del Internet como fuente de noticias también afectó a las personas a cargo de distribuir periódicos a los lectores – los periodiqueros suburbanos y los quioscos en las ciudades. Las ventas de estos últimos cayeron un 12.4% en 2016, continuando una larga caída. En Nueva York, un vendedor estimó que solo vendía 20 copias del Washington Post cada día en comparación con las 1,700 que vendía en la década de los 80, confiando ahora más en la venta de bebidas y boletos de lotería. El coronavirus y su cuarentena se tradujeron en cero clientes para muchos quioscos.

Los medios impresos en su conjunto han tenido un par de décadas difíciles, como lo indica el número de librerías en los Estados Unidos que disminuyó en casi 4,000 de 2007 a 2016, una disminución del 32.7% superada por una reducción del 42.9% en los empleados, según la Oficina de Estadísticas Laborales. El evento más precipitado en el declive de la industria fue cuando Borders cerró sus tiendas en 2011, y el sospechoso más obvio en esta desaparición es Amazon, cuyos bajos precios y énfasis en el comercio electrónico, los libros digitales y la auto publicación han llevado a más ventas de libros dentro de un completamente nuevo modelo. Las librerías independientes restantes parecían haber descubierto una solución, la cual a menudo implicaba organizar más eventos, hasta que el coronavirus las hizo cerrar sus puertas en marzo. Muchas pequeñas librerías han estado funcionando como centros de cumplimiento de ventas y centros de reparto, mientras se preguntan una vez más cuánto tiempo más podrían durar.

Al igual que con los libros y periódicos impresos, parece que hay demasiadas publicaciones de nicho que compiten por nuestra atención. Para las revistas, seminarios alternativos, listas de correos, impresiones artísticas y compañías de tarjetas de felicitación, el número de trabajadores contratados por dichas editoriales disminuyó en un 44.7% de 2007 a 2016, según el último análisis de BLS. Esta industria era de la más grandes entre todas las demás industrias, y las tendencias parecían claras.

Se pronostica que el empleo en las industrias de tala y deforestación disminuirá 10.9% para 2026, incluso sin el coronavirus, mientras que se espera que el, aún más grande, mercado de fábricas de pulpa y papel se reduzca casi el doble de ese valor. Estos descensos se remontan a décadas atrás debido a factores como los altos precios de la energía, el menor uso de papel en favor de las plataformas digitales y la competencial del plástico y el acero, así como los mercados extranjeros más baratos.

Hay una razón por la que ya no se ven muchas niñeras que vivan con la familia, mucamas o mayordomos estos días – la cantidad de trabajadores domésticos privados ha disminuido esencialmente a la mitad desde 2006, según la Oficina de Estadísticas Laborales, probablemente debido a cambios culturales y la percepción de que tales profesiones de servicio son anticuadas.

Todas esas personas que cambiaron a DirectTV y Time Warner por Netflix y Hulu están ocasionando un impacto, y se prevé que este impacto reduzca el empleo en la industria del cable y de otros programas no basados en internet en casi un 12% antes de 2026. Los servicios de cable registraron la tasa más rápida de disminución en sus suscripciones en 2017, lo que inspiró a muchas redes a ingresar al mercado de la transmisión online para recuperar parte de sus ingresos perdidos – pero el lanzamiento de Apple+, Disney+, Peacock, y otros no cambia significativamente las tasas de desempleo.

Las organizaciones profesionales de empleadores ayudan a otras empresas a manejar la "gestión de empleados" como nómina, beneficios, planificación de jubilación, y gestión de riesgos – todos los procesos que se han simplificado debido a los avances tecnológicos. Como resultado, muchas organizaciones profesionales de empleadores han cerrado o reducido sus operaciones en los últimos años, con una reducción del 48% en el empleo en toda la industria. Incluso sin el coronavirus, Estados Unidos entró en recesión en febrero, y las compañías que aún permanecen emitirán principalmente notas de despido antes de finalmente cerrar sus puertas.

La subdivisión de tierra significa dividir las extensiones de tierra en parcelas más pequeñas, generalmente para la venta y la construcción de casas nuevas, una práctica que aún no se ha recuperado de la crisis de vivienda de 2008. La falta de demanda de construcción causó que esta industria perdiera el 56% de sus empleos de 2007 a 2016.

El advenimiento de la tecnología digital también ha afectado a las salas de revelado e impresión, donde el empleo ha disminuido en casi un 60% desde 2007. La mayoría de los estadounidenses ahora pueden tomar y refinar fotos de alta calidad directamente desde sus Smartphones, por lo que ya no necesitan llevar a revelar los rollos de sus cámaras en los puestos de revelado e impresión de fotos.

Probablemente ya sepas sobre este. La transmisión online y casi inmediata de videos hizo que las tiendas de alquiler de videos del vecindario se volvieran obsoletas, por lo que de 2007 a 2016, el empleo de dichos establecimientos disminuyó en casi un 90% debido a que Blockbusters y otras ubicaciones independientes cerraron con una velocidad récord. Alrededor del 86% de las tiendas de alquiler abiertas en 2007 ahora están cerradas y, paralelamente, las estimaciones de ingresos para las trasmisiones online de video continúan aumentado.

El número de estudios de grabación en los Estados Unidos se redujo de 1,700 en 2007 a 1,438 en 2016, y cualquier aspirante a DJ que haya descargado software para realizar mezclas caseras en su PC sabe el motivo de esto. Los avances en los softwares de edición de sonido han hecho que el proceso de grabación (y distribución) de música sea más democratizado y accesible para cualquiera y, por lo tanto, menos dependiente de equipos costosos e ingenieros profesionales capacitados. Uno de los mayores éxitos del año pasado fue de un joven de 19 años que vivía con sus padres en una aldea en Kazajistán, quien aprendió al ver tutoriales de YouTube y llamó la atención al subir su creación a TikTok.

Una vez el baluarte de la floreciente economía de la postguerra de Estados Unidos, la manufactura está en una situación tan desesperada en estos días que sus disciplinas relacionadas representan casi la mitad de todas las entradas en la lista de las industrias de más rápido declive de la Oficina de Estadísticas Laborales. Ya sea fabricando medios magnéticos como cintas de audio, aparatos telefónicos como módems, o suministros de oficina, los trabajadores manufactureros han sido rápidamente reemplazados por nuevas formas de tecnología o fuentes más baratas de mano de obra extranjera, incluso cuando la producción de la industria ha crecido constantemente. Las guerras comerciales y los arancelas impuestos por la administración Trump no han revertido esta tendencia.

Las industrias de fabricación de textiles y de tejido de prendas de vestir redujeron aproximadamente a la mitad a sus empleados entre 2007 y 2016, siguiendo la tendencia de otras disciplinas de manufactura por muchas de las mismas razones. Otro factor importante ha sido la eliminación de las cuotas para la producción textil nacional en 2004, ya que las importaciones chinas de textiles y prendas de vestir se han más que duplicado – otra tendencia no afectada significativamente por las guerras comerciales emprendidas por administración Trump.

Este aumento en los textiles baratos importados desde China y otras naciones en desarrollo ha permitido que más estadounidenses compren su ropa formal en lugar de alquilarla, lo que ayuda a explicar la caída del empleo del 46% en las empresas de alquiler de ropa durante la última década. Tampoco ayuda que cada vez menos estadounidenses se casen, y sin duda la simplicidad de encontrar componentes para disfraces a través de los servicios de comercio electrónico también ha jugado un papel importante.

El mercado de los servicios de recuperación de datos – el cual rescata archivos de computadora de dispositivos de almacenamiento dañados o inaccesibles – disminuyó un promedio anual del 8% en los cinco años previos a 2019. Pero esto se pone peor: la disminución fue de aproximadamente 21% anual en muchos de los años anteriores. Estos servicios están siendo suplantados, lenta pero seguramente, por opciones de recuperación basadas en la nube que brindan a los usuarios una mayor confianza de recuperar sus datos perdidos.

Pensábamos que habíamos visto el apogeo del “apocalipsis minorista” de los Estados Unidos, en el que miles de tiendas que alguna vez fueron icónicas – como Toys "R" Us, por nombrar un ejemplo reciente – cerraron sus puertas como resultado del aumento de alquileres y la reducción de sus ganancias por la competencia online. Se perdieron cien mil empleos en la industria solamente de octubre de 2016 a abril de 2017. Pero aun después de eso solo se esperaba que las pérdidas continuaran, y la desaparición de los clientes y el tráfico peatonal y las dificultades para tener a sus trabajadores en una tienda o almacén durante una pandemia trajeron una nueva devastación. Para el 31 de julio, grandes empresas, que van desde Brooks Brothers a GNC, se han declarado en bancarrota desde que comenzó la pandemia, la mayoría de ellas minoristas, y 15 señalaban que podrían ser las siguientes.

En 2018, el Servicio Postal de los Estados Unidos reportó una pérdida financiera neta por duodécimo año consecutivo, impulsada por una disminución en la cantidad de correo enviado y un aumento en los costos de las pensiones y la atención médica de los empleados. El servicio ha sido otra víctima de la innovación digital, con el aumento del correo electrónico que reemplaza parte de su negocio, y la tentación de suspender el servicio los fines de semana o aumentar los precios de las estampillas para hacer que su modelo sea más sostenible. Esta situación empeoró en medio del coronavirus, con una pérdida de ingresos de hasta $13 billones esperada este año debido a la pandemia. Los republicanos del Congreso y el presidente Donal Trump no expresaron mucho interés en ayudar a la agencia a superar la crisis, a pesar de una inminente elección que podría depender en gran medida de las boletas enviadas por correo.

Los préstamos bancarios y la confianza del consumidor en tales instituciones de crédito disminuyeron comprensiblemente después del colapso del mercado inmobiliario y la posterior Gran Recesión, y la industria aún no se ha recuperado por completo. Menos estadounidenses en general han estado buscando préstamos, y durante muchos años los bancos más grandes los otorgaron con más moderación. Hay un 45.3% menos empleados en la industria que en 2007, lo que también puede atribuirse al auge de la banca online, pero el futuro parece mixto: si bien se esperaba que el empleo proyectado antes del coronavirus para los empleados bancarios disminuyera un 8% para 2026, también se espera que el mercado para los prestamistas aumente en un 11%.

La disminución en la creación de pequeñas empresas se consideró otro efecto persistente de la Gran Recesión y la principal fuente de estancamiento económico y de lento crecimiento de salarios. La Oficina del Censo de los Estados Unidos contabilizó 414,000 negocios formados en los Estados Unidos en 2015 en comparación con los 558,000 en 2006, una tendencia a la baja que podría atribuirse al creciente poder de las corporaciones existentes que ahora pueden usar sus recursos e influencia para comprar, poner en bancarrota, o de otra forma disuadir a los competidores novados. Pero esto empeora cuando se considera que de las más de 30 millones de pequeñas empresas que el gobierno promociona, alrededor de dos tercios son negocios secundarios no rentables y que no contratan; otros son negocios que solo existen en papel, para efectos fiscales; y la contratación seria parece poco probable durante una pandemia. Aunque, por otro lado, se han formado algunas empresas muy exitosas durante los malos tiempos económicos.