"Dormir, tal vez soñar" — o por otro lado, tal vez no. Para muchas personas mayores de 65 años, no hay un estado de sueño precioso porque no hay un sueño decente debido al insomnio. Los problemas del sueño se observan con frecuencia entre los adultos mayores e incluyen despertarse temprano, demorarse más en conciliar el sueño y despertarse con frecuencia durante la noche. Estas son algunas de las cosas que podrían mantenerte despierto durante la noche.
Es inevitable — a medida que envejeces, tu metabolismo disminuye y, si no haces ejercicio y no comes bien, aumentarás de peso. Ese peso adicional a menudo se asocia con trastornos del sueño como la apnea. Los investigadores de Johns Hopkins encontraron que perder grasa abdominal podría llevar a dormir mejor. También funciona en la otra dirección: un informe en la Revista Internacional de Obesidad encontró que los problemas del sueño probablemente dificultan la pérdida de peso.
Esta condición común se presenta cuando las vías respiratoria superiores se bloquean durante el sueño y detiene el flujo de aire. El sobrepeso, tener más de 40 años y ser del sexo masculino aumentan el riesgo de padecer de este no-tan-silencioso síndrome que interrumpe el sueño. El paro cardíaco y la muerte súbita son dos eventuales consecuencias si no se trata esta condición. Afortunadamente, sin embargo, se puede tratar.
Oh, la diversión nunca se detiene con la Gran "M". Si los sofocos y los cambios de humor no son suficientes, agrega insomnio a la larga lista de problemas relacionados con la menopausia. Las mujeres menopáusicas y postmenopáusicas reportan menos satisfacción con el sueño y hasta un 61% reportan insomnio. Buenas noticias: si das vueltas y vueltas, tu médico podría ayudarte. El cambio en el sueño podría deberse en parte a una proporción cambiante de hormonas, y eso es tratable.
A medida que los hombres envejecen, su glándula prostática a menudo se agranda. Un síntoma común de esta condición, conocida como hiperplasia prostática benigna, es una mayor frecuencia de micción durante la noche. Limitar la ingesta de líquidos antes de ir a la cama puede ayudar a reducir la necesidad de orinar durante la noche, y evitar los diuréticos conocidos, como las bebidas con cafeína y los alimentos como el chocolate, también puede ayudar.
Mientras que los ronquidos pueden ocurrir en cualquier etapa de la vida, son más comunes a medida que envejecemos. La pérdida del tono muscular en la garganta, los depósitos de grasa alrededor del cuello y el estrechamiento de la garganta dejan menos espacio en las vías respiratorias — lo que produce los desagradables resoplidos nocturnos. La Fundación Nacional del Sueño recomienda una serie de ejercicios orales para ayudar a aumentar la fuerza en y alrededor de las vías respiratorias. Perder peso ayudará... al igual que tocar didgeridoo. ¿El didgeridoo? Sí, el didgeridoo.
A medida que envejecemos, nuestro músculo cardíaco se desgasta — causando problemas cardíacos. Existe un vínculo entre el insomnio y la insuficiencia cardíaca crónica. El dolor en el pecho puede hacer que sea difícil relajarse, quedarse dormido y permanecer dormido. Y para empeorar las cosas, acostarse puede causar dificultad para respirar — lo que agrava el problema. Como resultado, la insuficiencia cardíaca crónica puede provocar fatiga e interrupción del sueño.
A medida que envejecemos, nuestra capacidad para alcanzar el sueño profundo es limitada. Esta es una de las razones por las que las personas mayores pasan menos tiempo en la cama. La función circadiana decae al envejecer. Piensa en ello como un reloj dinámico — un ritmo en constante cambio en nuestro comportamiento, fisiología y metabolismo. Los patrones en este ritmo cambian a medida que envejecemos, haciendo que sea más difícil dormir.
No es divertido tener acidez estomacal; es peor cuando no puedes dormir por eso. Desafortunadamente aquí hay un ciclo peligroso que vale la pena mencionar. Sí, la enfermedad por reflujo gastroesofágico causa trastornos del sueño, pero la falta de sueño también empeora esta condición. Y no es aconsejable acostarse cuando tienes GERD. Bueno, eso es un círculo vicioso, ¿no? ¿Qué se supone que debes hacer, dormir de pie? Los médicos aconsejan limitar la ingesta de alimentos después de las 7 p.m., y seguir una dieta blanda.
Dado que el ruido tiende a interrumpir el sueño durante la "etapa ligera" del sueño y dado que los adultos mayores ya tienen problemas para alcanzar esa "etapa profunda", no es de extrañar que esos "ruidos en la noche" despierten a los adultos mayores más que a los jóvenes. La alarma del auto, el perro del vecino que ladra, incluso las personas que hablan mientras pasan por una ventana abierta pueden ser perturbadores. Si descubres que el ruido te está despertando antes de poder dormirte, prueba con un par de tapones de cancelación de ruido.
Envejecer significa que las piezas comienzan a desgastarse. Mantenerlas funcionando a menudo requiere tomar medicamentos. Seguro que estamos viviendo más tiempo, pero estamos consumiendo cócteles de medicamentos recetados — cada uno con su propio conjunto de efectos secundarios. Si tienes, por ejemplo, un problema con tu tiroides y tus niveles de medicamentos no se han ajustado, es posible que te quedes mirando al techo en lugar de descansar bien por la noche. Siempre consulta con tu médico antes de comenzar a consumir cualquier medicamento y conoce los posibles efectos secundarios de cualquier medicamento nuevo, especialmente si incluyen insomnio.
Las personas mayores a menudo no obtienen suficiente luz natural al aire libre y sol. Esto puede causar una ruptura en el ritmo circadiano, impidiendo tener una buena noche de sueño. Esto puede ser especialmente cierto para aquellos con movilidad limitada o poco acceso al aire libre. Si estás confinado en una cama o silla de ruedas o no puedes obtener la luz solar que necesitas por otras razones, podrías pensar en la terapia de luz como una manera de regular el reloj interno de sueño de tu cuerpo.
A medida que envejecemos, ciertas funciones del cerebro pueden fallar. Nuestras capacidades cognitivas disminuyen, lo que puede afectar el bienestar psicológico y emocional de las personas mayores. La depresión es a menudo un factor en los problemas de sueño y debe abordarse. Visita a un médico para llegar a la raíz del problema.
El índice del síndrome de piernas inquietas, también conocido como la enfermedad de Willis-Ekbom, aumenta después de que las personas alcanzan los 50 años. Esta molesta condición se siente como si tuvieras que mover tus piernas constantemente; puede ser agotador cuando se trata de conciliar un poco de sueño. Se piensa que las causas pueden estar relacionadas con los bajos niveles de hierro y cómo este afecta los niveles de dopamina en el cerebro. Los médicos sugieren restringir las luces brillantes una hora antes de acostarse, tomar baños de agua tibia y tomar té de manzanilla como posibles opciones sin drogas para ayudar a aliviar los síntomas.
A medida que envejecemos se hace más difícil mantenernos cálidos. Eso es porque el cuerpo pierde su capacidad para mantener y regular su temperatura interna. Esto puede causar una interrupción del sueño, ya sea forzando el levantamiento temprano o causando una incapacidad para conciliar el sueño en una hora adecuada.
Dolores y molestias, especialmente dolor en las articulaciones, pueden causar trastornos del sueño. A medida que nuestros cuerpos cambian, también deberían cambiar nuestros colchones. Si estás sufriendo de dolor en las articulaciones, artritis o cualquier tipo de tensión y esto está interrumpiendo tu sueño, puede ser el momento de considerar comprar un nuevo colchón.